En medio de ese silencio absoluto de radio, que tan solo lo rompía el susurrar del motor, controlando los instrumentos del reactor y los de navegación, vi al Vcom. Mariel cabrear (levantar) su avión para pasar una montaña de poca elevación y una vez en la cima, escuche un lacónico ¨ ahí están ¨ , en ese momento instintivamente todos pusimos los motores a pleno gas, pegados al suelo buscando el mejor lugar para entrar en la Bahía.
Cuando llego mi turno de ver semejante cuadro que presentaba la Bahía de San Carlos en esos momentos, era terrorífico. Esto relatado así parece haber transcurrido en horas, cuando en realidad fueron segundos. En la Bahía se encontraban entre 10 y 12 embarcaciones de distintos tipos y la primera idea que vino a mi mente fue que de ese infierno no salía nadie con vida.
Una vez que traspuse la cima de las montañas que rodean la Bahía, baje lamiendo las mismas con la consiguiente cuota de ¨G¨ negativa(-) imaginable para poder hacerlo. Empeñado en lograr esto, perdí de vista a todos los aviones que me precedían, cuando alcance el agua trate de volar lo más bajo que podía ya que había comenzado a ver humitos negros y escuchar la cadencia algo lenta y apagada de los cañonazos que nos tiraban los destructores y fragatas ahí establecidas.
Volando al ras del agua a 480/500 Kts. (nudos) - 900/950 Kms./h, mi dilema era elegir a quien le iba a tirar mi bomba, opte por el barco de desembarco más grande que había el ¨Sir Lancelot¨ poniendo toda mi atención en ese a pesar de estar a poca distancia me parecía que no llegaba nunca ya que el fuego del enemigo era cada vez mas intenso y me pasaban muy cerca, viendo que los piques en el mar levantaban grandes columnas de agua y aumentaba mi ansiedad de llegar.
Estando a uno o dos metros del agua y a cien metros del barco, vi cruzarse a dos A4-B delante mío lanzando sus bombas y haciendo impacto en el agua a pocos metros de la línea de flotación de mi objetivo; a todo esto en mi aproximación pensaba por donde iba a salir sin que me tocaran. Ya estando muy cerca del transporte vi su popa redonda y como si le faltaran algunas chapas, por lo que pensé que ya había sido bombardeando, luego viendo las fotos supe que así eran esos barcos.
El mismo era bastante alto, como venía muy bajo y estaba tan encima, me dio la impresión de que no lo pasaba y que iba a chocar, fue entonces cuando decidí levantar y pulsar el botón de lanzamiento de bombas, sentí el golpe del pie eyector de la bomba cosa que catapultó mi avión hacia arriba y pase lamiendo las barandas del helipuerto que esta en la popa del mismo. Estando encima del barco puse 90º de inclinación y cerré el viraje todo lo que pude, cuando había desviado 90º el rumbo que traía nivele los planos y con G negativa(-) baje nuevamente a ras del agua, fue entonces cuando vi pasar por mi derecha dos cosas que volaban más rápido que yo y dejaban una pequeña estela, pienso que eran dos misiles que los vi estallar contra la ladera de la montaña a la cual yo me dirigía.
Cuando llegaba a la montaña que tenia que sobrepasar para salir de la Bahía, escuche a mi numeral que decía ¨ me dieron, me pegaron¨ la orden fue silencio de radio y que si decidía eyectarse avisara donde lo hacia para su posterior rescate. Una vez salido de la Bahía fue un pequeño respiro, aunque todavía faltaba cruzar el estrecho de San Carlos y la Isla Gran Malvinas, donde no se descartaban las posibilidades de derribo.
En el regreso, abandonando la Isla Gran Malvinas y sobrevolando el mar sobrepase la línea de vuelo del Vcom. Mariel por su derecha y con un amistoso saludo lo deje atrás. Con el combustible remanente preestablecido comencé mi ascenso hasta los 25.000 fts.(pies) siempre con rumbo a Río Gallegos. Faltando unas 200 millas el Vcom. Mariel reporteo a su escuadrilla, contestándole tan solo el Ten Roca Mario aclarando que lo tenia formado al 1er. Ten. Sánchez Héctor, ya que este había realizado toda la misión con fallas de radio, fue una tranquilidad saber que estaba con nosotros.
Entonces sentí la angustia de tener que reportear mi escuadrilla con la incertidumbre de que el Alf. Moroni Marcelo no me contestara, mi cabildeo duró más de 20 millas y mas o menos a las 180 millas de Río Gallegos lo llame y recibí una eufórica y hermosa respuesta ¨ que grande Tucu, estamos todos ¨. Esta misma alegría que nos invadía de saber que regresábamos sanos y salvos la compartía mi hermano con los cinco ecos en su pantalla de radar.
Texto extraido del Sr Luis "TUCU" Cervera, piloto de Sistema de Armas A-4B Skyhawk, en la Guerra por nuestras Malvinas,
Es mi mas sencillo homeaje a nuestros valerosos pilotos que ofrendaron su vida por una causa justa y hoy por hoy son recnocidos como debe ser por toda nuestra sociedad.
Gracias a todos ellos por dejar bien marcada nuestra historia reciente...!!!!!!!!!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario